Imagine que alguien le invitó a
pescar. Salen en un bote con motor fuera de borda a pescar mar adentro. Una
hélice transmite la energía del motor al agua y hace que el bote avance entre
las olas.
Luego, cuando saca un pez del
agua éste no viene solo. Pegadas a él, imperceptibles, vienen cientos de
bacterias. Las bacterias usan pequeños motores fuera de borda para moverse
alrededor del pez. Sus hélices son pequeñas estructuras en forma de látigo
llamadas flagelos.
El flagelo se une a la superficie
de la célula con un gancho. El motor está localizado en la base del flagelo,
compuesto de varias estructuras en forma de anillo. La energía que hace
funcionar el motor la suple el flujo de ácido a través de la membrana
bacterial. Para funcionar completamente, el flagelo requiere más de 40
proteínas diferentes.
El flagelo bacteriano constituye
un ejemplo de lo que en bioquímica se describe como un sistema de complejidad
irreducible: una estructura tan compleja que para funcionar, todas sus partes
deben estar presentes de manera coordinada. Desde el principio.
Estos sistemas irreduciblemente
complejos no podrían haber surgido por un proceso de evolución gradual, por
pasos. Según la teoría evolucionista, cualquier componente que no ofrezca una
ventaja a un organismo, eso es, que no funcione, se perderá o será descartado.
Un flagelo evolucionando lentamente, por partes, no funcionaría. La complejidad
del flagelo bacteriano y su perfecta coordinación son testimonio de la obra de
un gran ingeniero que diseñó todos los seres vivos, Dios.
Dios diseñó a los humanos para
vivir en comunión con Él. Pero nuestro pecado nos ha separado del Creador. Sin
embargo, Dios también diseñó un plan para salvarnos y restaurar la comunión
entre él y los hombres, a través de Jesucristo. "Que si confesares con tu
boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de
los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero
con la boca se confiesa para salvación." (Romanos 10:8-10)
Diego Pineda M.
planetajoven@epm.net.co
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Medellín, Colombia
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